Conócete:
¿qué hago con mi dislexia?
• Acepta que tienes dislexia.
– Tu vida va a tener algunos obstáculos distintos a
los de los demás, pero aprenderás a esforzarte y a valorar lo que logres. Esto
es mucho más importante que ser rápido o rápida al hacer las cosas.
– Tu esfuerzo puede no dar resultado acorto plazo,
pero a largo plazo marcará tu vida.
– Recuerda siempre la fábula de la tortuga y la
liebre: al final el triunfo es de quien se esfuerza, no de quien lo tiene todo
fácil.
• Todos
aprendemos de manera diferente: pregúntate cómo lo haces:
– Intenta averiguar de qué manera aprendes.
– ¿Aprendes mejor observando, escuchando o con la
experiencia directa?
– Usa tu experiencia y tu sentido común: si te va
bien hacer algo de determinada manera, hazlo. Déjate guiar por tu propia lógica
(y por los y las profesionales y familiares que conocen bien tu problema).
•
Organízate a ti mismo o a ti misma:
– Haz muchas copias de tus horarios escolares y
colócalos por toda la casa (en la cocina, en tu dormitorio o donde hagas las
tareas para casa). Haz copias de repuesto por si las pierdes.
– Ponte carteles o notas de colores de las cosas que
sueles olvidar (el bocadillo, el estuche, el libro de texto…).
– Apúntate (o pídele a alguien que te recuerde o que
te apunte) las fechas y horas de todo: las tareas para casa, actividades
extraescolares, exámenes, citas, etc. Pero apúntalo siempre en el mismo sitio
(la agenda, etc.). Consigue los números de teléfono de un par de amigos o
amigas que te puedan decir qué deberes tienes por si no los has apuntado
correctamente.
Mejor que estén al corriente de tu dislexia, para que
no piensen que eres un pesado o pesada Si te da vergüenza explicárselo, que lo
haga tu profesor o profesora o tu padre o madre.
– Prepara tu cartera con todo lo que necesitarás al
día siguiente antes de irte a la cama. Esto te permitirá empezar el día con más
tranquilidad.
– Aprende a
conocer tu ritmo natural.
No intentes hacer las tareas para casa cuando sientas
cansancio, hambre o te encuentres en los momentos bajos del día.
– Descansa y duerme todo lo que puedas.
Abordar tu jornada ya es bastante duro como para
encima estar cansado o cansada o falto de sueño.
Si no acabas algo porque no puedes más, no pasa nada.
– Intenta disponer en casa de un lugar tranquilo, sin
distracciones, donde puedas hacer tus deberes. Usa siempre el mismo lugar.
– Al abordar tareas largas, divídelas en partes más
cortas y haz pausas con cierta frecuencia.
• Ten paciencia
y, cuando la pierdas, relájate y vuelve a empezar.
• No te
desesperes y pide ayuda cuando la necesites.
Actúa: ¿qué posibilidades tengo en el colegio?
• Siéntate en
la primera fila, aléjate de la ventana para evitar las distracciones. Si te
ponen algún problema, recuerda al profesor o profesora tus dificultades y que
necesitas estar cerca.
• Durante la clase toma notas e invéntate tus propias
abreviaturas y reglas mnemotécnicas que te ayuden a registrar y recordar la
información que te dan.
• Mejora tus conocimientos de informática; la
mecanografía puede resultar mucho más rápida y sencilla que la escritura.
Revisa lo que hayas escrito y utiliza el corrector de
ortografía para detectar los errores.
• Usa programas informáticos de lectura de textos y
de transcripción.
• Trabaja
junto con tus profesores o profesoras para mejorar tus aptitudes para el estudio,
sobre todo para la preparación de los exámenes.
• Nunca
temas decirle al profesor o profesora que no has entendido algo.
• Recuerda
que la dislexia puede explicar que las tareas escolares te resulten difíciles,
pero no es una excusa para que no des lo mejor de ti mismo o de ti misma.
• Explica a tus compañeros y compañeras qué es la
dislexia; muchas veces no entender las cosas produce sentimientos de rechazo.
Si te da vergüenza o no teves capaz, pídeselo a los adultos y adultas que mejor
te conocen. Seguro que ellos te echarán una mano.
• Utiliza Internet para obtener nuevas ideas sobre
las técnicas de estudio específicas que podrán venirte bien.
Créate
expectativas: ¿cómo seré de mayor?
Cuando seas una persona adulta, se reducirán las
conductas hiperactivas e impulsivas, pero pueden persistir una pequeña
sensación de inquietud, los comportamientos faltos de premeditación, los
problemas de atención, la desorganización y dificultad para mantener rutinas en
el trabajo y el hogar, con algunos de los siguientes síntomas:
• Dificultad para leer en alto o en público.
• Dolor de cabeza al leer.
• Baja comprensión lectora.
• Letra ilegible.
• Faltas de ortografía.
• Baja expresión oral y escrita.
• Inseguridad.
• Autoestima baja.
• Falta de atención.
• Incorrecta posición de la pinza al escribir.
• Dificultades para ver que una palabra está mal
escrita.
• Dificultad para distinguir la derecha de la
izquierda.
• Inhabilidad en las matemáticas.
• Falta de técnicas de estudio.
• Dificultad para poner por escrito ideas o pensamientos.
Mala memoria para datos o nombres concretos.
No hay dos
personas disléxicas iguales por lo que cada uno presenta unos síntomas diferentes.
Muchas personas adultas con dislexia usan en su vida
profesional el lado positivo de la misma sin saberlo. Piensan que tienen una “habilidad”
para hacer algo, sin darse cuenta de que su talento especial proviene de las mismas
funciones mentales que provocan que no sean muy hábiles para leer, escribir,
hacer matemáticas y poner atención o hablar.
Enlace para descarga en word: https://www.dropbox.com/s/ye87st9723klitm/Con%C3%B3cete.doc?dl=0
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